¡Bienvenida Pirigüina!
A las 4:34 a.m. de hoy escuchamos su llanto y nuestras lágrimas comenzaron a caer. Por fin terminaban nuestros miedos. No había distancias, todas estábamos ahí escuchándonos las voces, el corazón y concentrando nuestras energías en que todo funcionara bien para la Keka.
Hace mucho la esperábamos entre nosotras y nos preparamos para este día. El plan era simple y perfecto, Don Keko tenía que mandar la primera señal a Barbaraza y esta a su vez al resto de las MCH30, dependiendo la hora revisaríamos los turnos para enviar a una de nosotras a cuidar a la otra hijita, la Doña.
La instrucciones eran claras, nadie podía apagar su celular estos últimos días y anoche a las 20:52 recibimos el primer anuncio.. “REPORTE URGENTE PIRIGÜINA” y los mensajes de texto empezaron a correr “ENTRAMOS EN TRABAJO DE PARTO!!”
Inmediatamente todas unidas en cadena, conectadas por computadora, mandábamos nuestro apoyo. Nada de lo que teníamos planeado resultó, estallamos en histeria, nuestros teléfonos no paraban de sonar descontroladas por no poder ubicar a Elisa de Cremona que vive en España, pero la pirigüina sabía que debía esperar hasta poder ubicarlas a todas y así fue. Barbaraza, Vivi y Tita se fueron a la Clínica, desde allá empezó el reporte online, conectaron la webcam y pudimos ver a la Keka en sus últimos minutos antes de ser mamá.
Fue así como seguimos atentas a los reportes por mail, teléfono, después msn, hasta que terminamos todas en una gran conferencia en skype.
Don Keko entendió lo que este momento significaba para nosotras y nos permitió entrar en su intimidad, éramos todos una gran familia, él sabía perfectamente que estábamos esperando los reportes y maravillosamente se dió el tiempo de mandarnos mensajes en pleno trabajo de parto, creo que nunca terminaremos de agradecerle.
Atlanta, Barcelona, Antofagasta, La Serena, Concepción, Talca, Santiago, todas presente… no se si logren entender lo que vivimos anoche, pero créannos que fue un momento mágico, y vuelven a caer nuestras lágrimas porque teníamos mucho miedo, de verdad estábamos aterradas, parecíamos niñas y desde la distancia le gritábamos a la Keka que no perdiera la fuerza.
A ratos nadie hablaba y esperábamos expectantes, a través de los audífonos se podían escuchar sólo suspiros y llantos silenciosos, y ahí salía la voz firme de la Ami que gritaba.. “Vamos, apoyemos a la Keka”.
Hasta que, después de mas de 7 horas de incertidumbre, recibimos esas palabras que esperamos durante 40 semanas. “¡NACIO!”. “¡LA ESCUCHO LLORAR!”
Hoy estamos cansadas, hemos dormido menos de 3 horas, ya no nos quedan lágrimas.. ¿Pero saben? Estamos felices, fue una bendición haber vivido este momento junto a nuestra gran amiga pero lo que mas nos llena de alegría es saber que salió todo bien y la Emilia ya está entre nosotras y es hermosa.
Hoy podemos decir con orgullo que una nueva sobrina ha llegado a iluminar nuestras vidas, renovar nuestras ilusiones y a recordarnos que somos fuerza femenina dando vida al mundo.