Maternidad

Dentro del mundo femenino… hay un tema que es sensible y recurrente para todas nosotras y ese es, el de la maternidad.
Conversando con un grupo de amigas, la gran mayoría de las que se encuentran entre los 30 y 40 años, ya son madres.
El cómo han venido los hijos son historias complejas y distintas, como los mundos que nos rodean. Pero sin duda, sea cual sea la historia que tengamos que vivir o a la que hayamos escogido… invariablemente, la carga emocional y la gran responsabilidad recae en nosotras, llenándonos de culpas y obligándonos a dar explicaciones, de porque sí y porque no.

Muchas mujeres han tenido que madurar intempestivamente al verse esperando un bebé a edad temprana…un niño que no fue planificado y que ha venido a cambiar de golpe y porrazo la vida que hasta ahí se veía como tranquila y llena de proyectos.
Unas cuentan con el apoyo y amor de su pareja y familia.. Si bien es cierto, el ser madre joven implica muchos sacrificios y cambio de planes, muchas han podido salir adelante y completar los proyectos después de estabilizarse. Y a medida que crecen los hijos, ellas también van entrando al mundo de los adultos y la responsabilidades.
Otras sólo cuentan con el apoyo de las familias, porque de un momento a otro, la persona que amaban, ha pasado de ser el hombre ideal, al padre ausente. Quedando solas, con un montón de proyectos truncos, responsabilidades, cargas económicas y emocionales y como si fuera poco, la obligación de ser mamá y papá para sus hijos.
Unas cuantas han tenido hermosas historias de amor y un plan de vida y familia con sus parejas, sin embargo añoran ser madres y quizás el stress y la presión de ese deseo o algún escondido impedimento, les impide concebir.
Ese impedimento que recién aparece después de muchos intentos fallidos, lágrimas y sentimientos de culpa por añorar un hijo que no llega, desgastando la relación de pareja y aumentando la desesperanza y la sensación de “castigo”…. ¿por qué si hay tanta mujer que deja abandonados a sus hijos, les es tan fácil parirlos y yo que los deseo con todo mi corazón, no puedo? ¿es una prueba? ¿un castigo por algo pendiente?.
Las preguntas, retumban en la cabeza a diario dejando una profunda frustración, dolor y una sensación de vacío en el medio del vientre.
Las mujeres solteras o solas, también tienen disyuntivas…una de ellas, es plantearse desechar la maternidad porque no quieren tener un hijo solas, quieren procrear a un niño con amor, en el marco de una relación.
Son chicas exitosas, inteligentes, libres y aparentemente realizadas en todo ámbito, pero… no encuentran una estabilidad sentimental, están sin pareja y con unas enormes ansias de amar, de formar un hogar y tener hijos. Se mueren por ser mamás, ven como sus amigas hablan de sus hijos y sienten un dejo de nostalgia, porque la posibilidad de cumplir con el sueño maternal se esfuma con los años…
No encuentran ese amor que les dé la confianza de sentirse apoyadas y dispuestas a formar una familia, dónde las responsabilidades sean compartidas y un bebé crezca rodeado de amor de papá y mamá, independiente de si la relación de pareja se basa o no en un matrimonio, convivencia o futuro entre ellos. Pero al menos saber que cuentan con un hombre responsable y buen padre.
Algunas que quieren ser mamás a toda costa y por opción, no por necesidad ni obligación, se embarcan solas en la aventura de tener hijos, luchando contra los prejuicios y auto-imponiéndose una carga fortísima. No solo social, sino emocional y financiera. Pero para eso, precisamente deben ser mujeres muy seguras y con un ingreso económico por sobre el promedio, ya que en momentos complicados, no hay una pareja a quien recurrir, apoyarse mutuamente, ni con la cual compartir responsabilidades y cargas.
¿Es reprobable que una mujer busque medios para lograr un embarazo sólo porque quiere satisfacer su instinto materno?....¿puede escoger a un hombre X como un semental y luego olvidarse de su existencia; o bien buscar métodos de reproducción asistida? ¿Es egoísta tener un hijo sin darles la opción de conocer a un padre, ni disfrutar de una familia paterna? (tíos, primos, abuelitos). ¿O bien, negarle u ocultarle la posibilidad a un hombre de saber que existe un hijo suyo?.
Algunas veces los hombres huyen después de la concepción o el nacimiento o son padres ausentes por haber terminado la relación emocional con la madre, (desentendiéndose a la vez de los hijos)….pero es una persona que ciertamente existe, en algún lugar hay un padre y quizás con los años lleguen a tener una relación con su hijo. Pero distinto es, que no se sepa quién es el progenitor y no tener respuestas al momento en que un niño pregunte: ¿quién es mi papá, dónde está, tiene nombre, familia?
Pero a parte de toda esta gama de realidades, existe otra que es más cuestionada y es la de aquellas mujeres que por miedos, desapegos o simplemente prioridades distintas, no ven el hecho de ser madres como una opción, aunque aparentemente tengan todo para recibir un bebé.
La presión del medio, la familia y los amigos hacen que se sientan también culpables por no querer tener un hijo, siendo que socialmente después de un tiempo en pareja “hay que encargar una guagüita”.
También es legítima la opción de querer priorizar el tiempo en pareja, los viajes y la estabilidad económica antes de cambiar radicalmente de vida con la llegada del bebé.
Nadie ha pensado que eso también es ser responsable… el buscar el momento adecuado, contar con los medios para darle al niño todo lo que necesite, el traerlo a un hogar en que no falte nada.
O incluso aquellas que optan por no tener pareja y disfrutar de una soltería perpetua?
¿Es una opción o una presión social ser madre? ¿Existe el instinto maternal siempre?

Como pueden ver… ser mujer y ser mamá tiene muchísimas aristas, cada una de nosotras somos un mundo, lleno de preguntas, dudas, explicaciones, opciones…entre nosotras nos entendemos, pasamos por épocas y etapas similares. Nos ayudamos con las experiencias y nos damos ánimos ante las adversidades...
Un mundo de ser mujeres…

Escrito por Negrita-Carola