MODA
Yo creo que a todas las mujeres nos gusta la ropa, algunas tenemos un closet mas abundante, otras menos, pero al fin de cuentas, todas nos interesamos en la moda y las nuevas tendencias, e incluso a veces nos compramos ropa que no se nos ve bien, pero todo sea por estar a la moda (espero no ser una de esas..je), y no falta la amiga "paleteada" que te dice ayyy te ves regia, cuando se te salen los rollos por el borde de la pretina...
Debo confesar que mi debilidad son los jeans y pantalones, he llegado a contar más de 60, ahora de esos, siempre me pongo los mismos... algunos los regalo, otros ya no me entran, pero ahí están esperando a que baje de peso, cosa que nunca llega, incluso hace un par de años me compre unos que hoy se encuentran colgados en el closet con la etiqueta, parecería prieta si me los pusiera.. je lo bueno es que me salieron con descuento, ya que era la inauguración de una multitienda y saque un 40% de descuento en la tómbola...
En fin por ahí encontré esto, me pareció chistoso, pero muy cierto, se los dejo para que lo comentemos:
MODA
Las mujeres somos víctimas de un complot urdido por mentes perversas que se reunen en un lugar secreto y deciden lo que ellos llaman "tendencias de moda".
¿Quienes son? ¿Como lo hacen? Yo me imagino que llega Paco Rabanne y dice:
"Veo, veo que este año se va a llevar el azul petróleo".
Y saltan a dúo Victorio y Lucchino:
"Eso, eso. Y los jerseys sin mangas, pero de cuello alto. ¡y que se jodan!"
¡ Y date por jodida !
Porque la moda no es una industria. ¡Es una secta! ¿Ustedes saben lo que son las fashion victims?
Son las mujeres que han caído en sus redes y ya no pueden escapar. Esas que cuando se acercan a un escaparate, oyen voces en su cabeza:
"El poder de la moda te obliga", "el poder de Dior te gobierna".
Realmente, yo me di cuenta del poder que tiene esta secta cuando intenté comprarme un vestido rojo.
Parece fácil, ¿verdad? Un vestido rojo.
Pues Noooo.!!!!
¡Porque las tiendas son un monopolio! Son las representantes de Dior en la tierra. Y, claro, llego yo, y le digo a la dependienta:
- Busco un vestido rojo.
Y me suelta:
-¿ROJO? Este año no viene nada en rojo.
Este año viene el azul petróleo.
- ¿Y eso rojo de ahí?
- Eso es la funda del extintor, pero si quieres... te la saco?
Así es como empiezan las sectas: anulando tu voluntad!
Porque, de repente, me veo diciendo:
Vale!!, sácame uno azul petróleo de la mediana.
¿Pero es que este año viene la mediana ceñida, ¿sabes?
Y es que ese es el segundo paso de la estrategia de la secta. Minarte la autoestima para poder dominarte mejor. Ahí, yo dije:
- Con esto no me pillan. ¡Yo me pruebo la mediana aunque me la tenga que meter a rosca!
Y, claro, te miras al espejo y lo que ves es:
Una morcilla. Una morcilla azul petróleo.
Y digo yo: si en todo el mundo un metro es un metro y un kilo es un kilo, ¿Por qué la talla mediana no es siempre la misma?
Total, que hice lo que hacemos todas: llevármelo.
Sí, porque pensé lo que pensamos todas: "Así me obligo a adelgazar". ¿Seremos idiotas? A las dos semanas te estás obligando a regalárselo a tu sobrina.
¡Es como comprarte unos zapatos del 34 para obligarte a que te encoja el pie!
Pero es que ese es otro de los síntomas de que estás entrando en la secta: someterte voluntariamente al sufrimiento físico.
Aunque, a veces, cuando todavía no estás abducida del todo, consigues tener un momento de lucidez y decir:
"Nooo, no me lo llevo". Y, entonces, esa enviada del mal que es la dependienta te dice la frase definitiva:
- LLÉVATELO!!, no seas BOBA, ¡que lo puedes devolver!
¡Y lo compramos! Como lo puedes devolver?
Así que volví a casa con mi vestido azul petróleo de talla mediana, me lo pongo y le pregunto a mi marido:
- ¿Cómo me queda?
- Pequeño!!!.
- ¿Sí? ¿Me marca mucho?
- Te va a hacer llagas.
Ahí me dije: "Rosa, contente. Esta es otra prueba. La secta de la moda quiere que rompas lazos con tu entorno".
"¡Nooo, no van a poder conmigo!".
Me lancé a la calle y no paré hasta que encontré el único vestido rojo que quedaba en toda la ciudad.
Cuando lo vi, dije:
"¡ME LO COMPRO! ¡Que le den a Paco Rabanne.Y que Victorio le dé a Lucchino!"
¡Ja! Y salí de la tienda triunfante, con mi vestido rojo.
Pero la alegría me duró dos escaparates. Es algo que nos pasa a todas las mujeres.
De repente, se te viene el mundo encima:
"Coño, ¿y qué hago yo con un vestido rojo?
Si este año lo que se lleva es el azul petróleo?"
Oye, que no pude pegar ojo en toda la noche.
Tuve unas pesadillas...
Estaba yo en una misa negra, atada de pies y manos, y los grandes gurús de la moda, rodeándome como en Poltergeist:
"Rosaaaaaa. Veeen hacia el glamouuuuur."
Total, que me desperté, empapada en sudor y dije:
"¡Vale, está bien! ¡Me rindo!" Me unté entera con vaselina para que me entrara el traje, y me presenté en la boda de mi amiga Lola, vestida de azul petróleo.
Cuando llegué a la iglesia me encontré con que vamos todas iguales. Allí había más azul petróleo que en una playa del golfo Pérsico.
Ahí te das cuenta que se han apoderado de tu voluntad, has entrado en la secta y a partir de ese momento honrarás a Victorio y a Lucchino, no nombrarás a Chanel en vano y amarás a Dior sobre todas las cosas...
(autor desconocido)