Me enamoré de un Blogger

Asopadamente.

Así tal cual y cual tonta quinceañera me dejé envolver por las letras más lindas que jamás había leído.
Supongo que a varias nos ha pasado (y a varios…por qué no)

Comenzamos en esto de los blogs algunos buscando desahogo, otros buscando expresarse y de pronto de tanto navegar y conocer… le encontramos, ahí está, con el blog más lindo de todos, con letras como escritas directamente para una, como sacado de un sueño…

Es lo que he estado esperando (nos decimos), es mi alma gemela, si hasta pareciera que todo lo que escribe lo escribe para mi, es mi exacta mitad, pareciera que me conociera desde siempre y creemos que solo nos sucede a nosotros en el universo entero y comienza el idilio.

Sigue Leyendo lo mejor, pincha acá...




La primera vez le dejamos un comentario de alabanza a su bello escrito, la segunda ya nos ponemos románticas y de ahí en adelante pensamos que cada post que el personaje escribe es solo para una, y se suspira, se supira y se sueña, se prende el computador cada día y pareciera que mientras se enciende transcurre un siglo, la emoción recorre cada vena, cada rincón, después de soñar se planifica, luego si el personaje en cuestión resulta que escribe algo nada que ver nos comenzamos a preocupar…algo pasa, claro.

A mi, por ejemplo, también me pasó, su imagen era la de una misteriosa ave negra, escribía todo bello bello, en poesía y en prosa y hasta parecía escribir especialmente para mi, hablaba de las mismas calles, tenía mi mismos gustos, se detenía en los mismos lugares ¿Cómo lo hace? Si es absolutamente perfecto.

Y la cosa comenzó.
Comments pallá….comments pacá…luego mails pallá… mails pacá….msn de vez en cuando…frasecitas golosas y una que otra indecorosa y bueno…Hay que conocerse. Cómo no.
Ahí sobreviene entonces el primer corto circuito.
Chuta, no es ni parecido a cómo me lo imaginaba, pero bueno, entonces uno entra en el autoconvencimiento: “Es él, es él, debo mirarlo con los ojos del corazón “ Y como uno es fiel a su agilamiento se engrupe: “Lo quiero igual”

Lo bueno que pasó en mi caso es que el lolito en cuestión era más práctico y menos romántico y nunca enganchó mucho con el jueguito, lo cual en mi caso ha sido muy bueno.
Pero como uno sigue Gil (porque para enamorarse de un blogger hay que ser gil) entonces le aflora el poeta que una lleva dentro, de hecho (y ahora lo confieso) hasta abrí dos blogs (con otro nombre por supuesto) solo para escribir inspirada en tan poética y flamígera ave, durante más de dos años surcó con su vuelo los más recónditos rincones de mis más florida verborrea.

Yo no digo que sea tan malo al fin y al cabo, solo hay que tener claro que para enamorarse de un blogger (que puede ser, por qué no) y poder trascender a la realidad hay que mirarlo no tan solo con los ojos del corazón (lo cual es muy lindo y en este mundo blogger es muy fácil) sino también con los ojos de la razón, del pragmatismo, de la realidad y de la vista.
Hay que poder mirarle a los ojos reales y analizar sus gestos, el tenor de su voz, sus reacciones al roce de la piel, es necesario hacerlo en persona y en carne y hueso. Todo lo demás puede ser muy bello pero no basta.

Hay quien ha dicho que el papel aguanta mucho.
Yo diría que el teclado y su trasfondo aguanta todavía más. No nos dejemos engatuzar con tanta facilidad amigas mías.

Somos débiles ante las letras bellas, somos románticas, soñadores, mujeres al fin y al cabo...

Yo de vez en cuando todavía visito su patio, disfruto de su letras, que siguen siendo bellas e inteligentes, no le dejo comentarios para no reanudar lazos, las leo estando segura que efectivamente no son para mi, que con toda seguridad nunca lo fueron y me quedo mirándole, sé que está ahí, tras la pantalla, que le siguen pasando cosas por la mente, que muy dentro suyo todavía lleva un ave dispuesta a enamorar a cualquiera y me voy con rapidez; no sea que me agile de nuevo y me de cuenta que soy capaz de dejarme envolver otra vez, de dejarme una vez más atrapar por su retórica encantada y de darme cuenta en mala hora de que quizá le siga queriendo…